¿Cómo saber si mi idea es viable? ¿Te has planteado si tu idea crea una nueva necesidad en el mercado? ¿Dispones de suficientes clientes? ¿Es tu idea suficientemente diferenciada?
El plan de negocio es la herramienta que agrupa las respuestas a todas estas preguntas y permite analizar las posibilidades reales de éxito del negocio.

¿En qué me baso para elegir una forma jurídica u otra?
Una de las primeras decisiones a adoptar por el promotor/es de una nueva empresa, una vez estudiado el plan de negocio de la misma, es la elección de la forma jurídica a adoptar, y para ello nos basamos en lo siguiente:
• Tipo de actividad a ejercer. Hay determinadas actividades que nuestra normativa jurídica exige una forma jurídica determinada. Por ello hay que estudiar la normativa que regula nuestra actividad, a fin de comprobar si exige una forma jurídica determinada.

• Tengo lo que se necesita para ser dueño de un negocio. Hay que conocer las fortalezas que se tienen y convertirlas en motor del negocio y tener los conocimientos necesarios para iniciar una empresa.

• La viabilidad del proyecto. Identificar el negocio que se quiere establecer y estudiar si es factible la idea. Conocer el mercado y analizarlo, obtener información sobre los clientes potenciales y determinar la forma en que serán medidos los resultados.

• Número de promotores. Éste es un factor que también puede condicionar la forma a adoptar. En el caso que haya varios promotores lo aconsejable será constituir una sociedad. Debido a nuevos cambios en la ley de sociedades de responsabilidad limitada, también es posible constituir sociedades limitadas y anónimas con un solo socio.

• Responsabilidad de los promotores. En función de la responsabilidad que el promotor/es estén dispuestos a asumir, se optará por una u otra forma jurídica. La responsabilidad puede estar limitada al capital aportado (sociedades anónimas o limitadas) o ser ilimitada, afectando al patrimonio personal de los socios.

• Necesidades económicas del proyecto. Cuando las empresas están dando sus primeros pasos demandan gran cantidad de recursos, los emprendedores deben definir previamente hasta cuánto están dispuestos a arriesgar, ya sea en dinero, tiempo, contactos, utilización de recursos, etc.

• Aspectos fiscales. Hay que estudiar los costes fiscales que la empresa tendrá que soportar, teniendo en cuenta que las sociedades tributan a través del Impuesto de Sociedades, cuyo tipo impositivo es único, y que los empresarios individuales tributan a través del I.R.P.F. en el que el tipo impositivo se eleva según van incrementándose los beneficios.